sa filla de na bugadera

lunes, 25 de julio de 2011

LA CALAVERA DE LA LAVANDERA





Una pobre mujer, de oficio lavandera, tenía en su casa una calavera,


a la que había hecho la promesa de velarla todos los lunes,


porque en ese día de la semana ella se ausentaba de su casa


para entregar la ropa limpia y planchada


y recoger a su vez la ropa sucia para lavarla.


Su devoción por la calavera tenía por objeto que sirviera de celoso guardián


en los momentos que ella se encontraba en la calle y


no permitir que le robaran los objetos que poseía.


Era un día lunes y la mujer estaba planchando la ropa


que acababa de recoger del cordel.


Estaba tan afanada en su tarea que se había olvidado


de prender la vela a su calavera.


Y era día lunes.


Al darse cuenta de su olvido, sale presurosa de su casa


para comprarla en el chino de la esquina.


Un hombre la vio salir y como sabía que la lavandera


tenía ropa muy fina, pretendió robársela


penetrando con todo sigilo en la casa.


Cuando estaba haciendo un gran paquete con la ropa limpia,


oye una voz que le dice: “Deja lo que no es tuyo”.


Pero él no hizo caso porque creyó que era su imaginación


la que estaba hablando en esa forma.


Continuó arreglando el producto de su robo y cuando se disponía a salir


por la puerta de la calle, siente que la calavera comienza a moverse y


que le repite en tono más alto: “deja lo que no es tuyo”.


El hombre soltó el paquete y salió corriendo a toda velocidad,


presa de un enorme miedo hasta quedar desmayado a pocos metros de su casa.


Cuando regreso la lavandera encontró el paquete en el suelo


y al ladrón en estado inconsciente.


Llamó a la policía y él contó lo que había sucedido.

En esta forma la calavera cumplió con sus funciones de guardián,


salvando a la pobre lavandera, la que no dejó de velarla los días que tenía costumbre.




de Mitos y Leyendas Chinchanas.



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