sa filla de na bugadera

lunes, 25 de julio de 2011

NOCTURNO

Rosario de la Peña y Llerena









Nocturno




I




¡Pues bien! yo necesito



decirte que te adoro



decirte que te quiero



con todo el corazón;



que es mucho lo que sufro,



que es mucho lo que lloro,



que ya no puedo tanto al grito que te imploro,



te imploro y te hablo en nombre



de mi última ilusión.




II




Yo quiero que tu sepas



que ya hace muchos días



estoy enfermo y pálido



de tanto no dormir;



que ya se han muerto todas las esperanzas mías,



que están mis noches negras,tan negras y sombrías,



que ya no sé ni dónde




se alzaba el porvenir.




III




De noche, cuando pongo



mis sienes en la almohada



y hacia otro mundo quiero



mi espíritu volver,camino mucho, mucho,




y al fin de la jornada



las formas de mi madre




se pierden en la nada



y tú de nuevo vuelves en mi alma a aparecer.




IV




Comprendo que tus besos




jamás han de ser míos,



comprendo que en tus ojos




no me he de ver jamás,



y te amo y en mis locos




y ardientes desvaríos



bendigo tus desdenes,




adoro tus desvíos,



y en vez de amarte menos




te quiero mucho más.




V




A veces pienso en darte



mi eterna despedida,borrarte en mis recuerdos



y hundirte en mi pasión




mas si es en vano todo




y el alma no te olvida



,¿Qué quieres tú que yo haga,



pedazo de mi vida?



¿Qué quieres tu que yo haga



con este corazón?




VI




Y luego que ya estaba



concluído tu santuario,tu lámpara encendida,



tu velo en el altar;el sol de la mañana



detrás del campanario,chispeando las antorchas,humeando el incensario,



y abierta alla a lo lejos



la puerta del hogar...




VII




¡Qué hermoso hubiera sido



vivir bajo aquel techo,los dos unidos siempre



y amándonos los dos;




tú siempre enamorada,



yo siempre satisfecho,




los dos una sola alma,




los dos un solo pecho,



y en medio de nosotros mi madre como un Dios!




VIII




¡Figúrate qué hermosas




las horas de esa vida!



¡Qué dulce y bello el viajepor una tierra así!



Y yo soñaba en eso,mi santa prometida;



y al delirar en ello




con alma estremecida,



pensaba yo en ser bueno




por tí, no mas por ti.




IX




¡Bien sabe Dios que ese era mi mas hermoso sueño,




mi afán y mi esperanza,mi dicha y mi placer;



bien sabe Dios que en nada




cifraba yo mi empeño,



sino en amarte muchobajo el hogar risueño




que me envolvió en sus besos



cuando me vio nacer!




X




Esa era mi esperanza...mas ya que a sus fulgores



se opone el hondo abismo




que existe entre los dos,



¡Adiós por la vez última,amor de mis amores;



la luz de mis tinieblas,la esencia de mis flores;



mi lira de poeta,mi juventud, adiós!









Manuel Acuña enamorado de una Lavandera.



dedico poema a Rosario de la Peña antes de su suicidio.



No hay comentarios:

Publicar un comentario